martes, 12 de abril de 2011

El hombre que quería ser feliz


Bali. El paraíso que no cuenta con una palabra para designar paraíso. Un hombre, Julián, se acerca por azar, por curiosidad hasta un viejo curandero. Una búsqueda que ni siquiera nuestro protagonista reconocía al principio: la felicidad.
El hombre que quería ser feliz, del francés Laurent Gounelle, es una parábola moderna sobre la búsqueda legítima de la felicidad, la necesidad que tenemos todos de aprender que es la vida, y como disfrutarla. El protagonista de esta historia se encuentra en Bali con un hombre sabio, que mezcla el conocimiento ancestral con los conocimientos de la moderna psicología. Tras una serie de encuentros, desafíos y grandes confesiones Julián camina de la mano de su nuevo maestro hacia un lugar deseado por todos, la felicidad. Aunque no se ofrezca una definición exacta de felicidad lo que la novela de Gounelle plantea sobre todo es como vivir nuestras existencias en positivo.
Las convicciones propias, las expectativas correctas, el placebo como ejemplo de lo que las convicciones mentales pueden ejercer sobre el cuerpo, el valor del dinero, la asertividad, el miedo al no o el papel de la religión, son solo unos pocos de los asuntos que el curandero va poniendo de manifiesto ante un Julián que no había ido a buscar consejos para ser feliz pero que en realidad todo el mundo desea que le ofrezcan. Con poco que hurguemos en nosotros mismos podremos ponernos en la misma situación del protagonista de esta novela.
Se muestra asímismo la belleza de una tierra llena de contrastes, hermosa, que invita a la reflexión y al descanso. De tradiciones milenarias, este paraíso en la tierra es retratado con destreza por el autor y nos contamina con el gusanillo del deseo de conocer esas tierras, sus playas su quietud de siglos y su gente amable, sonriente, con una perspectiva de la vida tan distinta a la nuestra pero tan cercana en sus necesidades básicas en tanto que hombres y mujeres.
Una de las grandes enseñanzas de esta novela es la no dependencia de los demás sobre todo de aquellos que más parecen influirnos. La búsqueda de los sueños y de la propia felicidad está ligada a la independencia de criterio, a la búsqueda de la propia identidad desligada de la tiranía de la opinión de los demás. Aquí está la clave de esta búsqueda.

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