domingo, 15 de mayo de 2011

Amor constante más allá de la muerte


Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
 Sombra que me llevare el blanco día
, Y podrá desatar esta alma mía 
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera
 Dejará la memoria, en donde ardía:
 Nadar sabe mi llama el agua fría,
 Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
 Venas, que humor a tanto fuego han dado,
 Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
 Serán ceniza, mas tendrá sentido;
 Polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo

No hay comentarios:

Publicar un comentario