viernes, 20 de mayo de 2011

Ni para Dios ni para el Diablo


Ni para Dios ni para el Diablo

Por una simple avellana
dos rapazuelos pobretes
se pegaron de cachetes
un martes por la mañana.

Cansados de sacudirse
y obrando al fin la razón
la causa de la cuestión
acordaron repartirse.

Y la fruta se partió
y en estando ya partida
vieron que estaba podrida
inútil fue la disputa.

Suele amenudo pasar
al grande como al pequeño
disputar con más empeño
lo que se ha de disfrutar.

Desconozco el autor

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