domingo, 22 de mayo de 2011

El Piyayo
¿ Tú conoces al "Piyayo",  
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;  
la mirada de gallo 
pendenciero  
y hocico de raposo  
tifioso..., 
que pide limosna por "tangos" 
y maldice cantando "fandangos" 
gangosos...? 
¡A chufla lo toma la gente, 
y a mí me da pena 
y me causa un respeto imponente! 
Ata a su cuerpo una guitarra, 
que chilla como una corneja 
y zumba como una chícharra 
y tiene arrumacos de vieja 
pelleja. 
Yo le he visto cantando, 
babeando 
de rabia y de vino 
bailando 
con saltos felinos, 
tocando, a zarpazos, 
los acordes de un viejo "tangazo": 
Y el endeble "Piyayo" jadea, 
y suda..., y renquea, 
y, a sus contorsiones de ardilla, 
hace son la sucia calderilla. 
¡A chufla lo toma la gente! 
A mi me da pena 
y me causa un respeto imponente. 
Es su extraño arte 
su cepo y su cruz, 
su vida y su luz, 
su tabaco y su aguardientillo..., 
y su pan y el de sus nietecillos; 
"churumbeles" con greñas de álambre 
y panzas de sapo, 
que aúllan de hambre 
tiritando bajo los harapos; 
sin madre que lave su roña; 
sin padre que "afane",
porque pena una muerte en Santoña; 
sin más sombra que la del abuelo... 
¡Poca sombra, porque es tan chicuelo! 
En El Altozano 
tiene el cuchitril 
-¡a las vigas alcanza la mano! -, 
y por lumbre y por luz un candil. 
Vacía sus alforjas  
- que son sus bolsillos -.  
Bostezando, los siete chiquillos 
se agrupan riendo. 
Y, entre carantoñas, les va repartietído 
pan y pescao frito 
con la parsimonia de un antiguo rito: 
-¡Chavales! 
¡Pan de flor de harina!...  
Mascarlo despasio. 
Mejó pan no se come en palasio. 
Y este pescaito, ¿ no es ná? 
¡Sacao uno a uno del fondo der má! 
¡Gloria pura é! 
Las espinas se comen tamié', 
que to es alimento... 
Así..., despasito. 
Muy remascaíto. 
¿ No yores, Manuela! 
Tú no pués, porque no tienes muelas 
¡Es tan chiquitita mi niña bonita!... 
Así despasito. 
Muy remascaito, 
migaja a migaja - que dure -, 
le van dando fin 
a los cinco reales que costó el festín. 
Luego, entre guiñapos, durmiendo, 
por matar el frío, muy apiñaditos, 
la Virgen María contempla al "Piyayo" 
riendo. 
Y hay un ángel rubio que besa la frente 
de cada gitano chiquito. 
¡A chufla lo toma la - gente!...  
¡A mí me da pena 
y me causa un respeto imponente!
José Carlos de Luna

2 comentarios:

  1. saludos desde Colombia, me gusto mucho esta poesia. En alguna ocasión tambien arribe a otro blog argentino que me sirvio mucho para escribir algo relacionado con las inundaciones. Gracias.
    Mi blog es http://lasflorespueblocaribe.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti Florano por seguir mi Blog y me alegro mucho que te haya servido de ayuda. Un saludo desde Ferrol. Galicia.
    (y perdona la tardanza, pues un problema técnico que desconocía, me impedía acceder a mi Correo)
    Echaré una ojeada a tu blog, amigo:
    May

    ResponderEliminar